Nuria Bachs, compañera y amiga, enseñó aquí.

Además de hacer que sus alumnos y alumnas amasen las Matemáticas, les ayudó a crecer y a ir convirtiéndose, día a día, en mejores personas.

También sus compañeros y compañeras, los que tuvimos la suerte de trabajar a su lado, nos aprovechamos de esa enseñanza vital que ella sabía compartir tan generosamente.

Su nombre, Nuria, influenciado por el nombre árabe de Nuriya -aquella que es luminosa-, reflejaba fielmente su carácter y la describe tal y como tuvimos el placer de conocerla.

Con su generosidad, sus atenciones, su alegría, su cuidado a todo aquel que pudiese necesitarlo, nos dio un poco de sí misma por lo que siempre la llevaremos con nosotros.

Además de ocuparse directamente de todos los que la rodearon, dedicó su tiempo y esfuerzo a colaborar en que el entorno de estas personas fuese rico en posibilidades de aprendizaje y de crecimiento. Así, junto con nuestra compañera Mª Dolores Vergel, se encargó de la organización y puesta en marcha de la biblioteca de nuestro Centro.

Por todo esto, la comunidad del IES Los Neveros quiere rendir este homenaje a nuestra compañera Nuria, dándole a la Biblioteca su nombre para que quede en el recuerdo del Centro su importante contribución.

Dña. Belén Cobo Merino, Directora del Centro.









miércoles, 5 de abril de 2017

Día Internacional del Libro Infantil y Juvenil
2 de Abril
Cuentos de papel y arena



Con motivo de la celebración del Día Internacional del Libro Infantil y Juvenil la Biblioteca del IES los Neveros ha invitado a un pirata intrépido y un poco temerario -¡sobre todo por no tener miedo a los niños!- que ha venido a contarnos dos cuentos muy interesantes con los que, además de pasarlo muy bien, niños, niñas, profes y madres,  hemos aprendido la importancia de conjugar la prudencia con el valor de perseguir nuestros sueños: El pirata que no tenía miedo al mar.



 La flor más grande del mundo, de José Saramago ha recordado a niños y mayores la importancia de cuidar la naturaleza en este mundo nuestro cada vez más alejado de ella. Y otra cosa muy importante: nadie es demasiado pequeño para hacer grandes cosas.

El pirata nos regaló también un poema de Gloria Fuertes porque como a ella le gusta el mar y contar historias. 


Marinero sin tierra

Marinero sin tierra
náufrago sin velamen
huérfano de puerto
nave sin timón.

Rodeado de agua y sediento
rodeado de pescado y hambriento
rodeado de olas y sin saludos
rodeado de dólares y desnudo.

La flor más grande del mundo


En el cuento que quise escribir, y que no escribí, hay una aldea. Ahora comienzan a aparecer algunas palabras difíciles, pero, quien no las sepa, que consulte en un diccionario o que le pregunte al profesor.
Que no se preocupen los que no conciben relatos fuera de las ciudades, ni siquiera los infantiles; a mi niño héroe sus aventuras le esperan fuera del tranquilo lugar donde viven los padres, supongo que también una hermana, tal vez algún abuelo, y una parentela confusa de la que no hay noticia.
Nada más empezar la primera página, sale el niño por el fondo del huerto y de árbol en árbol, como un jilguero, baja hasta el río y luego sigue su curso, entretenido en aquel perezoso juego que el tiempo alto, ancho y profundo de la infancia a todos nos ha permitido…
Hasta que de pronto llegó al límite del campo Hasta que de pronto llegó al límite del campo que se atrevía a recorrer solo. Desde allí en adelante comenzaba el planeta Marte, efecto literario del que el niño no tiene responsabilidad, pero que la libertad del autor considera conveniente para redondear la frase.
Desde allí en adelante, para nuestro niño hay solo una pregunta sin literatura: ¿voy o no voy?” y fue.
El río se desviaba mucho, se apartaba y del río ya estaba un poco harto por que desde que nació siempre lo estaba viendo. Decidió entonces cortar campo a través, entre extensos olivares, unas veces caminando junto a misteriosos setos vivos cubiertos de campanillas blancas, y otras adentrándose en bosques de altos fresnos donde había claros tranquilos sin rastros de personas o animales, y alrededor un silencio que zumbaba, y también un calor vegetal, un olor de tallo fresco sangrado como una vena blanca y verde.
¡Oh, qué feliz iba el niño! Anduvo, anduvo hasta que los árboles empezaron a escasear y era ya un erial, una tierra de rastrojos bajos y secos, y en medio una inhóspita colina redonda como una taza boca abajo. Se tomó el niño el trabajo de subir la ladera, y cuando llegó a la cima, ¿qué vio? Ni la suerte, ni la muerte, ni las tablas del destino… Era sólo una flor. Pero tan decaída, tan marchita, que el niño se le acercó, pese al cansancio.
Y como este niño es especial, como es un niño de cuento, pensó que tenía que salvar la flor. Pero ¿qué hacemos con el agua? Allí, en lo alto, ni una gota. Abajo, sólo en el río, y ¡estaba tan lejos!… No importa.
Baja el niño la montaña, atraviesa el mundo todo, llega al gran río Nilo, en el hueco de las manos recoge cuanta agua le cabe. Vuelve a atravesar el mundo, por la pendiente se arrastra, tres gotas que llegaron, se las bebió la flor sedienta. Veinte veces de aquí allí, cien mil viajes a la Luna, la sangre en los pies descalzos, pero la flor erguida ya daba perfume al aire, y como si fuese un roble ponía sombra en el suelo.
El niño se durmió debajo de la flor. Pasaron las horas, y los padres como suele suceder en estos casos, comenzaron a sentirse muy angustiados. Salió toda la familia y también salieron los vecinos a la búsqueda del niño perdido. Y no lo encontraron.
Lo recorrieron todo, desatados en lágrimas, y era casi la puesta de sol cuando levantaron los ojos y vieron a lo lejos una flor enorme que nadie recordaba que estuviera allí. Fueron todos corriendo, subieron la colina y se encontraron con el niño que dormía.
Sobre el, resguardándolo del fresco de la tarde, se extendía un gran pétalo perfumado, con todos los colores del arco iris. A este niño lo llevaron a casa, rodeado de todo el respeto, como obra de milagro.
Cuando luego pasaba por las calles, las personas decían que había salido de casa para hacer una cosa que era mucho mayor que su tamaño y que todos los tamaños.
Y esa es la moraleja de la historia.


sábado, 1 de abril de 2017

El Poema de la Semana
Lunes 3 de Abril 2017



      Desde 1967, el 2 de abril, coincidiendo con la fecha del nacimiento del escritor danés Hans Christian Andersen, La Organización Internacional para el libro Juvenil, (en inglés: IBBY o International Board on Books for Young People) promueve la celebración del Día Internacional del Libro Infantil y Juvenil, con el fin de promocionar los buenos libros infantiles y juveniles y la lectura entre los más jóvenes.

      ¿Os imagináis un mundo sin La sirenita o El patito feo?. Estos y otros muchos cuentos como La reina de las nieves, El soldadito de plomo y El traje nuevo del emperador, que probablemente conocéis y habréis leído alguna vez, son obra de Hans Christian Andersen.




      Andersen,  desde su infancia, tuvo una gran imaginación y la capacidad de caminar hacia sus sueños sin permitir  que lo abandonasen. Los que no podía materializar en su propia vida, los  convertía en realidad  con su pluma. ¡Todavía no se habían inventado ni los bolis ni los ordenadores!  Sus vivencias y los avatares de su ajetreada vida  - no lo tuvo fácil -  se convirtieron  en cuentos. Cuando con catorce años marchaba  a Copenhage  en busca de éxito y fortuna, sin saber apenas leer ni escribir, se despidió de su madre diciendo:  "Primero hay que pasar penalidades sin cuento y luego uno se hace famoso". Y lo consiguió. Viajó mucho, escribió mucho y leyó más aún. Por eso tenía material para sus historias y sabía cómo usarlo: Así fue capaz  de transformar un viejo y desproporcionado pato de madera en El patito feo,  la triste infancia de su madre, en La niña de los fósforos, o el huerto de su tejado, en el jardín de rosas que cuidaban Gerda y Kay antes de que llegara La reina de las nieves, todas ellas historias maravillosas que merece la pena leer, si tenéis ocasión, en su versión completa.

    Pero como esta es una página de poesía, dejamos aquí un poema de Mario Benedetti que es a la vez un cuento. 
Esto es  un enlace por si os apetece escucharlo en la voz del propio autor. 

     Historia de vampiros


Era un vampiro que sorbía agua
por las noches y por las madrugadas,
al mediodía y en la cena.


Era abstemio de sangre
y por eso el bochorno
de los otros vampiros
y de las vampiresas.

Contra viento y marea se propuso
fundar una bandada
de vampiros anónimos,
hizo campaña bajo la menguante,
bajo la llena y la creciente
sus modestas pancartas proclamaban,
vampiros beban agua
la sangre trae cáncer.

Es claro los quirópteros
reunidos en su ágora de sombras
opinaron que eso era inaudito,
aquel loco aquel alucinado
podía convencer a los vampiros flojos,
esos que liban boldo tras la sangre.

De modo que una noche
con nubes de tormenta,
cinco vampiros fuertes
sedientos de hematíes, plaquetas, leucocitos,
rodearon al chiflado, al insurrecto,
y acabaron con él y su imprudencia.

Cuando por fin la luna
pudo asomarse
vio allá abajo
el pobre cuerpo del vampiro anónimo,
con cinco heridas que manaban,
formando un gran charco de agua,
lo que no pudo ver la luna
fue que los cinco ejecutores
se refugiaban en un árbol
y a su pesar reconocían
que aquello no sabía mal.

Desde esa noche que fue histórica
ni los vampiros, ni las vampiresas,
chupan más sangre,
resolvieron
por unanimidad pasarse al agua.

Como suele ocurrir en estos casos
el singular vampiro anónimo
es venerado como un mártir.