Nuria Bachs, compañera y amiga, enseñó aquí.

Además de hacer que sus alumnos y alumnas amasen las Matemáticas, les ayudó a crecer y a ir convirtiéndose, día a día, en mejores personas.

También sus compañeros y compañeras, los que tuvimos la suerte de trabajar a su lado, nos aprovechamos de esa enseñanza vital que ella sabía compartir tan generosamente.

Su nombre, Nuria, influenciado por el nombre árabe de Nuriya -aquella que es luminosa-, reflejaba fielmente su carácter y la describe tal y como tuvimos el placer de conocerla.

Con su generosidad, sus atenciones, su alegría, su cuidado a todo aquel que pudiese necesitarlo, nos dio un poco de sí misma por lo que siempre la llevaremos con nosotros.

Además de ocuparse directamente de todos los que la rodearon, dedicó su tiempo y esfuerzo a colaborar en que el entorno de estas personas fuese rico en posibilidades de aprendizaje y de crecimiento. Así, junto con nuestra compañera Mª Dolores Vergel, se encargó de la organización y puesta en marcha de la biblioteca de nuestro Centro.

Por todo esto, la comunidad del IES Los Neveros quiere rendir este homenaje a nuestra compañera Nuria, dándole a la Biblioteca su nombre para que quede en el recuerdo del Centro su importante contribución.

Dña. Belén Cobo Merino, Directora del Centro.









miércoles, 22 de marzo de 2017

                          
                       
     El Poema de la Semana
        Lunes 20 de Marzo 2017
            Día Mundial de la Poesía 
  21 de Marzo 


En el año 1999 la Unesco propuso la celebración del Día Mundial de la Poesía para reconocer a la palabra como fuente de imaginación e instrumento y símbolo de la creatividad humana. Desde ese año, cada 21 de Marzo, en muchas ciudades del mundo se realizan actividades para disfrutar de  esta manifestación artística de una forma especial.
La Biblioteca del  IES los Neveros se une a esta celebración a través del Poema de la Semana, pero esta vez no con un poema, sino con el material con el  que están hechos los poemas.




Luis García Montero, recientemente distinguido Hijo Predilecto de Andalucía, en este fragmento de su obra Lecciones de poesía para niños inquietos, nos habla de ese material, las palabras: 

       “Me gusta pintar las palabras de colores, rellenarlas en mi imaginación igual que las casas y los árboles en un cuaderno de dibujo. Siempre he pensado que la palabra «Palabra» es blanca, como la nieve pura, la nieve nieve, la que cae durante días y noches en lo alto de las montañas, sin que nadie la pise. La nieve va nombrando el mundo, hace sus muñecos, pinta de blanco las copas de los árboles, los tejados, las casas, las calles, los coches, el cubo de la basura, los bancos solitarios del parque. La nieve levanta una realidad fugitiva, que desaparece cuando el sol manda sus rayos a la tierra y la ciudad empieza a gotear. La nieve es un milagro, una maravilla, un cuento, un poema, pero resiste poco tiempo. Las calles se convierten en una inmensa gotera, en un escalofrío que se filtra por el cuello del abrigo y por los descuidos de las botas para regalarnos un buen resfriado.

       La nieve y el vaho de la ventana se parecen a una conversación. Las palabras de las conversaciones se esfuman, se las lleva el viento, sólo sirven para entendernos en un momento preciso. Las palabras salen de la boca, entran por los oídos y luego se derriten o se van memoria adentro como un pájaro que acaba por desaparecer. Los seres humanos han inventado algunas cosas para que las palabras no desaparezcan: contestadores automáticos, magnetofones, el cine sonoro.... Pero lo primero que inventaron fue la escritura.

       La escritura es como una nieve que no se deshace, una maravilla que consigue durar, una conversación que quiere mantenerse en el tiempo. La palabras de la escritura pueden esperar años en una libreta, en un libro, en un periódico, hasta que lleguen los ojos que quieran recuperar el diálogo interrumpido. Las tribus antiguas se reunían alrededor del fuego para contarse sus historias. El más anciano solía tomar la palabra y recordar el pasado común de todos los seres pertenecientes a la tribu:

      — Yo, Rayo Fugitivo, nieto de Águila Blanca, hijo de Caballo Loco y padre de Flecha Certera os voy a contar la historia que sucedió....

      Así, Rayo Fugitivo recordaba la historia que le habían contado Águila Blanca y Caballo Loco, y le anunciaba también a su hijo, Flecha Certera, que alguna vez debería seguir con la antorcha de las palabras, contar la historia de la tribu para que no se perdiese en el olvido".


No hay comentarios:

Publicar un comentario